La estratigrafía de los Estratos del tiempo
Resumo
No es baladí el hecho (desafortunado para unos y afortunado para otros) de que la edición castellana de Zeitschichten no fuera completa y dejara inéditos en esa lengua capítulos capitales del libro, amén del escueto Prólogo (Vorwort) y la más extensa y densa Introducción (Einleitung). Con una sarcástica cuña afrontaba Julio Cortázar la tarea que le encomendaron de redactar el prólogo a la edición en español de una novela de Dickens. En su preludio recordaba una aparente perogrullada sobre los denostados exordios en general: “Un prólogo es algo que se escribe después, se pone antes, y no se lee ni antes ni después”. Contrasta esta opinión tan difundida entre nosotros con el aura indubitable de prólogos e introducciones en textos clásicos muy estimados por Reinhart Koselleck: los de la Crítica de la Razón pura de Kant o los que insertó Lessing en La educación del género humano y en los Diálogos para francmasones. Para él tampoco son ni fútiles ni superfluos y por eso resulta muy pertinente la propuesta de la revista Prismas de enmendar el dislate de la editorial Paidós y colmar en parte esa laguna.