Lecturas anarquistas de la revolución rusa.
Resumo
En 1927, en oportunidad de hacer un balance de las últimas tres décadas de actuación del anarquismo en la Argentina, Diego Abad de Santillán no dudaba en resaltar la intensidad con que, en los tres o cuatro años inmediatamente posteriores a 1917, los militantes libertarios habían abrazado la revolución rusa, hasta el punto de hacerles pensar que, en virtud de los acontecimientos que siguieron al levantamiento ruso en varios lugares del globo, la revolución estaba próxima incluso en estas latitudes. Si esta suerte de contagio revolucionario que alteró los horizontes de expectativas del anarquismo argentino es una marca indeleble que perdura en esa mirada retrospectiva de Santillán casi diez años después, la misma es contrastada por la evaluación que a esa altura le merece la recepción de la revolución rusa en los grupos libertarios: su único efecto destacable habría sido el vuelco de muchos e importantes militantes hacia otras corrientes políticas, y por ello perdidos para la verdadera causa revolucionaria.