Crisis política y crisis de representación estética : la Primera Guerra Mundial a través de La Nación de Buenos Aires.
Abstract
En octubre de 1968 unos artistas de vanguardia sufrieron una singular decepción al intentar una acción de homenaje a Ernesto Guevara, asesinado un año antes. Quisieron teñir de rojo el agua de las fuentes de los principales paseos de Buenos Aires, buscando reunir agitación y pintura en el simbolismo de la sangre derramada por el “Che” brotando ante los ojos del público callejero. Se organizaron en grupos de tres, y mientras una supuesta pareja de novios volcaba disimuladamente anilina roja en las fuentes, un tercero protegía la operación. El fracaso fue estrepitoso: […] desconocían –explica la crítica que rescató este episodio del olvido– que el agua de las fuentes argentinas no circula en forma cerrada, por lo que la tintura desaparecía inme- diatamente. El fracaso de estos artistas militantes tiene, por supuesto, un aspecto puramente técnico y un marco epocal preciso. Pero, en sí mismo, concentra un significado que trasciende la deficiencia operativa tanto como la espectacularidad política intencionada, típica de los años sesenta, y la forma estética no convencional en la que pretendía plasmarse. Dicho significado alude a la dificultad de representar la tragedia social y la muerte histórica, un problema recurrente de los artistas y escritores de la era de las catástrofes, como Eric Hobsbawm caracterizó al “corto” siglo xx, iniciado en 1914 y culminado en 1989. Y fue precisamente la guerra de- satada en 1914, que inaugura la contemporánea “era de las matanzas” según el historiador, la que suscitó la discusión sobre las posibilidades de representación estética de la carnicería europea. En un plano más general, el tema se vincula con las posibilidades de reproducir la realidad en las obras y con el debate sobre las mejores vías para ello, así como con las perspectivas de eficacia política de los mensajes artísticos.