Democracia versus república : la cuestión del deseo en las luchas sociales
Abstract
Estamos acostumbrados a utilizar los términos república y democracia como si fuesen prácticamente intercambiables. Ambos nombres parecen expresar la conclusión a la que llegó el Occidente moderno en términos de una organización política deseable. Por cierto, sabemos que hay repúblicas que no son democráticas –¡pero a ellas no les cabe el nombre de república!– y democracias que son monarquías constitucionales (pero, diremos, son más republicanas que las repúblicas). Así, la oposición que puede haber entre los dos regímenes se deshace en nuestro tiempo, pues se supone implícitamente que es posible distinguir las verdaderas y las falsas repúblicas, las democracias genuinas y las de pacotilla. Aquí, sin embargo, vamos a revalidar la oposición, no para hacer de ella un absoluto, sino para mostrar que puede ser heurística, que puede contribuir para pensar, y quizá mejorar, la política.