María Pía López, Hacia la vida intensa, una historia de la sensibilidad vitalista, Buenos Aires, Eudeba, 2009, 261 páginas
Resumen
Hacia la vida intensa demuestra que el vitalismo no fue una filosofía sistemática sino más bien una “atmósfera” que dominó la cultura europea de entreguerras. La idea de atmósfera sugiere que incluso quienes no adscribieron a las filosofías de la vida compartían una percepción común: que la
vida se había convertido en el tema central de la época. En esta “atmósfera”, Bergson, Simmel y la recepción en clave vitalista de Nietzsche aparecen como “intelectuales faros”.