Don Samuel Ruiz, el obispo guerrillero de Chiapas y la declaración de Guerra de la Selva Lacandona
Abstract
Actualmente nadie ignora la importancia del papel jugado por la Diócesis de San Cristóbal de Las Casas en el conflicto que se desencadenó en el Sudeste de México, en el pauperizado estado de Chiapas, en la alborada del primer día de 1994. En aquellos momentos y ante la actitud subordinada del enigmático “Sub” Comandante Marcos, muchos imaginaron que el verdadero “Comandante” del flamante Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) era el propio obispo de la Diócesis, el Tátic de todos los indios, Don Samuel Ruiz García. El preconcepto racial que aún conserva una parte de la clase intelectual mexicana los llevó, en aquel momento, a pensar que, dado el sorprendente grado de organización demostrado en las primeras escaramuzas por el EZLN, “eso no podía ser cosa de indios”, como afirmó –y después se rectificaría– el escritor Octavio Paz. De ahí a construir la imagen de un levantamiento de indios y campesinos descontentos insuflados, organizados y dirigidos por la Iglesia de Chiapas fue un trámite fácil y bien recompensado por la prensa oficial para los literatos del Distrito Federal, alejados geográfica e ideológicamente de los problemas del sur: el fantasma del “obispo guerrillero” había sido creado.