unq.proyecto.resumen | En las investigaciones realizadas en Proyectos de I+D dirigidos por la Dra. MC Chardon en la UNQ los trabajos han versado sobre a) los vínculos cuidadoras/es-asistidas/os, b) sobre las tensiones que se producen en las prácticas de los agentes de instituciones educativas, como así también en c) las problemáticas del cuidado vinculadas con distintas franjas etarias, contemplando el vector intergeneracional (adolescentes, jóvenes y adultas/os mayores). Además se ha explorado el contexto social en el que se entraman las condiciones de posibilidad para el despliegue de las tecnologías de gobierno y de las tecnologías del cuidado de sí, la épiméleia heautau trabajada por Michel Foucault. La dimensión histórica de la concepción y ejercicio del cuidado en las sociedades tradicionales, pre-modernas, ha sido explorada con criterio genealógico, estudiando el estatuto y atribuciones del Príncipe en las sociedades feudales y las concepciones que recorrían el campo de la filosofía política en la Europa de la Edad Clásica.
Podemos señalar que hasta el presente se han conceptualizado cuatro dimensiones que expresan la circulación de las representaciones sociales y las prácticas del cuidado: 1) la dimensión vinculada con la ternura y su elaboración según la mirada psicoanalítica, en la cual el cuidado se construye desde las primeras interacciones con las/os adultos significativos, en su ontogénesis creando filiación a una cultura particular, a la singularidad de una familia. 2) Una segunda dimensión hace referencia a marcos normativos: el cuidado se despliega según normas y pautas que se construyen en contextos socio históricos, en los grupos etáreos en interacción con colectivos que comparten significaciones. 3) La tercera dimensión tiene que ver con la tensión placer-displacer, que se manifiesta en las actividades de cuidado tanto en cuidadoras/es de bebés recién nacidas/os como de enfermas/os crónicos o terminales. 4) La ética de la responsabilidad constituye la cuarta dimensión, relacionada con el cuidado de aquéllos que amamos o a quienes nos vincula la ética del deber. Hemos identificado nuevas constelaciones familiares, en las que se puede señalar la emergencia de nuevos roles en las familias relacionados con el cuidado de las/os niños. Estos roles, antes relacionados solamente con la situación de las mujeres, ahora se han constituido claramente en un campo de negociación entre padres y madres.
Del relevamiento realizado en el campo de estudio de las representaciones y las prácticas del cuidado efectuado por diferentes actores e instituciones se ha obtenido un conjunto de conclusiones teóricas. Con distintos grados de generalidad, estas conclusiones respecto al cuidar/cuidado son las siguientes:
1.- La cuestión del cuidado atraviesa disímiles áreas disciplinares de la historia del pensamiento occidental que van desde la filosofía y teología hasta la sociología y teoría política, pasando por el psicoanálisis, la psicología social, la lingüística y otros.
2.- Refiere a acciones de asistencia, preservación, protección, conservación, defensa, custodia, realizados tanto a sujetos individuales como colectivos, desde sujetos individuales o colectivos.
3.- Alude también a objetos heterogéneos: la salud, la vida, la niñez, la vejez, el cuerpo, el alma, el ecosistema social.
4.- Está implicado mutuamente con instituciones diversas: la familia, el estado, la iglesia, la escuela, el hospital;
6.- Ha adoptado, bien una reflexión sobre la condición humana, o bien una reflexión sobre la condición social, esto es: una reflexión dedicada al estudio de la dimensión del cuidado en la esfera del sujeto, o en una reflexión dedicada al estudio de la dimensión del cuidado en la esfera de las relaciones sociales.
Las fuerzas que producen metamorfosis en los distintos campos de la sociedad actual muestran características observables pasibles de ser exploradas y descriptas. Entre ellas podemos mencionar las siguientes:
a) Incremento de la complejidad y la conectividad social y cultural.
b) Transformaciones en el orden político y económico, caracterizado por las metamorfosis de la sociedad del salariado.
c) Deconstrucción de las formaciones estatales articuladas al modelo del Estado de Bienestar.
c) Procesos de desarticulación de los espacios sociales instituidos, relativización de las estructuras normativas y de las reglas comportamentales habituales.
d) Mutación en el orden de dominación legítimo e instalación de nuevas formas para el ejercicio de las tecnologías de gobierno.
e) Fluctuaciones en las condiciones de posibilidad para el ejercicio de las tecnologías del Yo.
f) Procesos de ontologización caracterizados por el inacabamiento y la fragmentación, lo que es propio de las sociedades tardo-modernas.
g) La mutación e indeterminación se tornan constitutivos de la vida social, no un mero accidente localizado.
Estos rasgos, y otros que no podemos exponer aquí en toda su extensión, indican que las mutaciones se convierten en procesos continuos y ubicuos; sus fuerzas recorren transversalmente todos los ámbitos sociales, los estructurados y aquéllos que son propios del mundo-de la vida. Los escenarios sociales se ensamblan, deconstruyen y reconstruyen constantemente. Anteriores problemas sociales relativamente estabilizados hoy se radicalizan; surgen nuevos desafíos, y sus líneas de significación obligan a dar respuestas situacionales, a inventar nuevos esquemas de respuesta. De modo que varias cuestiones que se encontraban implícitas en la investigación anterior pueden ser exploradas y descriptas en la nueva instancia de investigación. Las constantes mutaciones en la esfera laboral, en las cuestiones de género, en los vínculos de pareja, en las instituciones de disciplinamiento, sus crisis y articulaciones con los procesos en los que se van configurando, son las que Foucault ha denominado sociedades de seguridad.
Esto implica que las mutaciones se convierten en procesos continuos y sus fuerzas recorren transversalmente todos los ámbitos sociales, los estructurados y aquéllos que son propios del mundo-de la vida. Las producciones simbólico-imaginarias, enlazadas a las prácticas cotidianas expresan líneas de sentido derivadas de los universos de significaciones instituidos que circulan en el trasfondo de la sociedad contemporánea. Desplegadas en el juego de las representaciones sociales, las significaciones socio-históricas, materializadas en las corporeidades y en las cosas y estados de cosas, han generado situaciones que son pasibles de ser descriptas cuando enfocamos ámbitos particulares. En consecuencia se tornan observables y susceptibles de ser exploradas y descriptas.
De las intersecciones en la problemática del cuidado y las metamorfosis sociales contemporáneas han surgido una serie de configuraciones sociales y culturales de nuevo tipo, a saber:
1. Los desafíos intergeneracionales del cuidado.
2. El retorno de las representaciones del descuido de la sociología clásica: cosificación, perdida de sentido, anomia.
3. Las opciones de vida trans, sus trayectorias y sus espacios sociales.
4. Las prácticas, representaciones y vínculos del cuidado de sí y del otro en materia de Educación Sexual.
5. Los modos de participación social de las personas que han sufrido cambios repentinos en el estado de su salud.
6. Intersección entre las concepciones epistemológicas sobre la Salud Mental y la formación de los profesionales que serán los encargados de promoverla y asistirla.
En el presente Programa la constitución de los proyectos, referidos a nuevas modalidades de representaciones y prácticas del cuidado, es el resultado de la continuación y profundización de las indagaciones sobre las dimensiones de análisis producidas en las investigaciones precedentes | es |