La Argentina desigual. Ambiente, producción y calidad de vida en el ámbito rural (1960- 2019).
Resumo
En el marco de las transformaciones del capitalismo internacional, en algunos países, los productos agroalimentarios se han convertido en las “estrellas” del crecimiento económico; observándose en ellos distintos grados de optimismo respecto de sus sistemas agroindustriales regionales (Kay, 2017 y 2016; Paz, 2017). Argentina es un país con un marcado perfil agroexportador, rasgo que en las últimas décadas se ha fortalecido debido, en parte, al incremento en los precios de las materias primas exportables, al aumento de su producción y al incremento de la productividad marginal (Gras y Hernandez, 2016; Rofman, 2014; García, 2017). Estos últimos dos factores se explican, en gran medida, por transformaciones científico técnicas que han impactado sobre el sector agrario en particular. Ahora bien, el interés por los estudios rurales y agroindustriales está relacionado, no sólo con el peso del agro en nuestra economía, sino también con el deterioro ambiental y las condiciones de vida que caracterizan a estos espacios.
El sistema socio productivo resultante que contiene a estas transformaciones es conocido como agronegocio. Producto de una mayor mercantilización, concentración y globalización, los agronegocios afectan de modo desigual, a territorios, sectores productivos, geografías, comunidades rurales, familias agricultoras, grandes propietarios, nuevos habitantes rurales y demás actores involucrados, modificando radicalmente los territorios y sus modos de habitarlos. Si bien el concepto aún reviste cierta polisemia, se basa en cuatro pilares: “biotecnológico e informático, financiero, productivo y organizacional” (Gras y Hernández, 2016) y opera con una lógica de maximización de ganancia a corto plazo por parte de los agentes capitalizados del modelo, sin ponderación de costos sociales o ambientales.
Acompañando estas transformaciones productivas, las ciencias sociales modifican sus conceptos y por ende sus abordajes. A mediados del s. XX, la noción de región era la categoría más utilizada para delimitar investigaciones, intervenciones y hasta objetos de estudios en el plano de lo espacial. Esta noción, según Milton Santos (1997), alude a subdivisiones político administrativas de los espacios geográficos (Montañez Gómez y Delgado Mahecha, 1998). El territorio, concepto que ha desplazado al de región, refiere a una delimitación del espacio a partir del uso cultural y productivo, de las dinámicas humanas y de las luchas de poder. Es un concepto dinámico con límites más o menos difusos como la realidad a la cual refiere. (Santos, 1997).
Potenciando la interdisciplinariedad de los 22 integrantes de este equipo de trabajo, con los territorios en tanto categoría dinámica y compleja como telón de fondo, el objetivo general de este proyecto es construir una cartografía temporalmente dinámica de la argentina, que parta de las regiones clásicas de mitad del s. XX y llegue hasta la actualidad, para proponer nuevas espacialidades a partir del análisis de las transformaciones en las cadenas agroindustriales y sus relaciones dialécticas con la desigualdad y el ambiente. Esta propuesta colectiva es el resultado de una interacción sinérgica de nuestras trayectorias y proyectos individuales puestos en marcha en un proyecto común: el estudio de las agroindustrias de la Argentina.
Este es un espacio donde las relaciones sociales están medidas por relaciones sociales de produccion en torno a cada una de las agroindustrias, ya que cada una de ellas tiene una historia, un conjunto de reglas y leyes propias y un ámbito de desarrollo. Con la profundización de la líneas de trabajo vigentes -que examinan las cadenas agroindustriales, las políticas públicas y las tecnologías en relación con sus impactos sociales y ambientales, desde mediados del s. XX hasta la actualidad- seguiremos produciendo conocimiento que ayude a comprender cómo, en la era del agronegocio éste estructura una nueva cartografía nacional, tanto en lo productivo como en sus correlatos ambientales y sociales. De esta manera, sumaremos saberes que potenciarán las posibilidades de intervención, tanto desde el desarrollo de políticas pública como desde otros ámbitos institucionales e individuales. La hipótesis general que subyace en este plan de trabajo es que los diferentes mapas (productivos, ambientales y de desigualdades sociales) tendrán yuxtaposiciones parciales, límites difusos y relación con el de las regiones productivas (definidas por la historia económica a finales del siglo pasado).
Este proyecto se propone entonces continuar explorando el desarrollo de las agroindustrias más relevantes de la Argentina y de las que ya tenemos conocimiento por por nuestro trabajo previo: vitivinícola, oleaginosa, forestal, frutihortícola, lácteo-ganadera y azucarera. Cada una de estas agroindustrias han detentado una dinámica particular que necesita ser estudiada en sí misma, pero también, en relación a los procesos más generales de globalización de la economía en un contexto donde el agronegocio se ha vuelto hegemónico. Estas historias de larga duración prestarán e especial atención a los procesos vinculados con las desigualdades sociales y productivas, la infraestructura, los impactos ambientales y sucesivas crisis y las transformaciones rurales que afectaron de manera tan radical al agro y a los espacios rurales. Muchos de estos conceptos aún hoy siguen siendo discutidos y, en cierta medida, se encuentran en un proceso de revisión que no ha terminado.