Territorios y fronteras de la publicidad : las prácticas furtivas
Fecha
2015-09-09Autor
Roig, Fernando A.Resumen
Este trabajo tiene como propósito exponer y describir la operatoria de la Publicidad en territorios propios y ajenos. Sus prácticas no son ingenuas: Están planificadas y tienen una solo misión, generar máximo consumo y obtener pingües beneficios para las agencias de publicidad, medios de comunicación y empresas productoras.
El derrotero de la Publicidad, hasta nuestros días, está volcado en incontables volúmenes escritos por investigadores y estudiosos. Sus orígenes se enmarcan en la modernidad tardía del Siglo XIX. Para el caso se toma como punto de partida el contexto de la Primera Revolución Industrial, la expansión del Capitalismo y el lento crecimiento de la Sociedad de Masas: El crecimiento urbano y así, los grandes mercados de consumo.
La Publicidad es prima hermana de la Propaganda, antigua herramienta de comunicación ideológica que ya utilizaban inteligentemente Griegos, Romanos, Clérigos y otros grupos de poder. Pero la diferencia es que la Propaganda no tenía fines comerciales. La Publicidad va a ocupar ese espacio: Se convertirá en una técnica de comunicación ligada al consumo y al libre mercado. Será un dispositivo estratégico muy poderoso para las grandes corporaciones industriales. Su función será, hasta el día de hoy, incentivar el consumo de productos, marcas y servicios. Es así como la Publicidad gravitará en las pautas culturales, cruzará las fronteras de las representaciones sociales e impondrá sus propuestas en territorios ajenos, los territorios de la gente. Esos territorios donde cohabitan estilos de vida, prácticas culturas, modo de interpretar el mundo, la Publicidad no tendrá ningún prurito en invadirlos e imponer sus propuestas. Los irá transformando en su beneficio: A la sociedad le llamará mercado, y al sujeto consumidor. El Mercado como territorio delimitará fronteras, y encerrará entre ellas a una sociedad. La obligará a consumir sus objetos, no los propios. Ese objeto/producto, no le pertenece al sujeto, es propiedad de una organización. El sujeto se encontrará condicionado, sí o sí deberá erogar parte de sus ingresos percibidos por horas trabajadas en adquirir esos productos, para él o para su familia.
Es de semejante poder el accionar de la Publicidad a través de los medios de comunicación, que la práctica de consumo, por el consumo mismo, el individuo termina naturalizándolo, incorporándolo como un hábito cotidiano. La sociedad incorpora esta práctica, sin reflexionar muchas veces, sobre las consecuencias de las mismas: genera millonarias ganancias a las grandes corporaciones y condiciona la vida de las personas. Los productos elaborados y sus marcas serán entonces los nuevos objetos a alcanzar. La cultura originaria y las prácticas comunes quedarán sumergidas, debajo de una comunicación que solo favorecerá a unos pocos grupos económicos, con poder suficiente como para condicionar entre otras cuestiones, individuos, sociedades y gobiernos. De eso se trata esta obra: Como se avasallan las representaciones sociales y el territorio de la cultura popular.
Espero que este material sea de utilidad para alumnos, docentes e investigadores, y de tal manera, que se convierta en un disparador para continuar la investigación del tópico.