Jesús, el templo y los viles mercaderes. Un examen de la discursividad yrigoyenista
Abstract
Podría considerarse que estas palabras de un joven Borges, utilizadas como epígrafe, ponen en evidencia la significación asumida por Hipólito Yrigoyen en la década de 1920. Por esos años, el líder radical se convertirá en la figura central de la vida política argentina. Ni seguidores ni adversarios podrán hacer política sin representarse de alguna manera el liderazgo de Yrigoyen. Para sus seguidores será un apóstol, un nuevo Jesús de la política argentina, destinado por la Providencia a restaurar el bien en estas tierras; para sus adversarios será un falso apóstol o un demagogo y un tirano. De cualquier modo, no se podrá hacer política sin tener una posición sobre Yrigoyen. Pretendo, entonces, ocuparme de la dimensión discursiva del yrigoyenismo. Particularmente, intentaré examinar cómo a través de un cierto lenguaje se constituyeron los rasgos más salientes del liderazgo de Yrigoyen así como la identidad política del yrigoyenismo.