Venturas y amenazas de un campo.
Abstract
Eso que, desde diversas acepciones, se ha dado en llamar “historia intelectual” es, probablemente, el camino más transitado de la historiografía contemporánea en América Latina. La explicación de esta concurrencia no sólo habría que buscarla en el descuido de los procesos simbólicos de la cultura y el saber que predominó en corrientes historiográficas previas, de inspiración marxista o estructuralista, sino en la necesidad de rearticular una tradición sumamente cara a la disciplina y, en especial, al género del ensayo en la región, por lo menos, desde fines del siglo XIX : la historia de las ideas. Como ha visto con claridad Carlos Altamirano en Para un programa de historia intelectual (2005), es en el cruce entre la crítica a la historia de las ideas tradicional y el interés en los enfoques sociológicos sobre la producción del conocimiento y las élites intelectuales, donde parece armarse esa favorable plataforma para un nuevo campo historiográfico.